Una gran oportunidad para la Axarquía, pero ¿se perderá?
Cada vez que visito la Axarquía me siento como en casa. Es, sin duda, por la hospitalidad de mis compañeros socialistas, entre ellos, mi amigo alcalde de Almáchar, Antonio Yuste. No soy dado a exhibir mis afectos personales en las redes sociales o este blog, quizá no sea por timidez mía, sino más bien por respeto a quienes reciben esa consideración; nadie tiene por qué saber quiénes son sus amigos.
Pero hoy romperé esta regla no escrita de mi código particular (lleno de contradicciones, como el de cualquier ser humano). Porque quiero destacar, con admiración, el trabajo de Antonio Yuste por su pueblo y por la comarca.
Entendió como nadie, al borde de la extenuación (contumacia, constancia en estado puro), la oportunidad de que el cultivo de la uva pasa y toda su cultura se convirtiera en sistema importante del patrimonio agrícola mundial (SIPAM), o para entendernos, la declaración de que un modo de vida basado en el cultivo de la uva pasa se convertía en un patrimonio de la humanidad, a proteger. Ahí queda eso: la singularidad de la cultura axárquica relacionada con la uva es tal que merece diferenciarla del resto y protegerla.
Este proyecto necesita el liderazgo compartido de la Diputación de Málaga con los ayuntamientos de la comarca, éstos no tienen capacidad económica ni operativa. La Mancomunidad de Municipios tiene también mucho que aportar al estar representados en ella todos los pueblos. Sea mediante un órgano gestor o una mesa de coordinación, el proyecto ya existe y debe ser implantado, para que la población vea frutos, no solo el de su esfuerzo anual en las viñas para llevar la uva pasa a las mesas del mundo. Ese trabajo duro de las famlias debe ser reconocido con el esfuerzo de los representantes públicos por alcanzar el mayor de los beneficios por la declaración de SIPAM.
Estoy convencido de que esta oportunidad no será desperdiciada. Parece que ya se vislumbra cierta inquietud en la Diputación por este asunto: financia el centro de la uva pasa de Almáchar y ha realizado el proyecto para un espacio de experiencia directa en un lagar promovido por el Ayuntamiento de El Borge. Eso sí, hay que tener el compromiso claro, ese que exhiben Antonio Yuste o Raúl Vallejo , alcalde de El Borge, cuando hablan del SIPAM.
Al fin y al cabo, la historia de los pueblos se construye con muchos materiales, aunque siempre encontramos uno: la perseverancia de algunos y algunas que nunca arrojaron la toalla.
